lunes, 12 de mayo de 2008

Sendero Luminoso - II

Buenas noches, mis queridísimos borregos. Quiero suponer que en esta ocasión no tendré la necesidad de desarrollar demasiados preámbulos para explicarles hacia dónde nos dirigimos. Asumo que esa inquietud ya ha a sido evacuada durante nuestro encuentro anterior, y si alguno de ustedes aún alberga alguna duda, es libre para retirarse en este instante. Además, como recordarán, detesto los rodeos. Los rodeos son un atasco intelectual, son como un estreñimiento endemoniado que obstruye el carácter expresivo de nuestro ser. El estreñimiento, sabrán ustedes, es un fenómeno físico harto molesto. Querer cagar y no poder cagar, esa es la cuestión. Pero el estreñimiento corpóreo mis amigos no es nada frente al estreñimiento intelectual que pasaré a exponerles.

Señores imagínense no poder eyacular una maldita idea. Ir a la cinemateca a ver una película de Bergman o leer de punta a punta El Proceso y no poder sacar de nuestros recovecos cerebrales ni siquiera una reflexión intrascendente. Lo sé, lo sé. Algunos dirán que el silencio de la incertidumbre es preferible a la verborragia ridícula de la estupidez. Pero es que finalmente no es esto ni lo otro. No señores. Este es un episodio fáctico y específico de estreñimiento intelectual. De sus profundidades no salen ideas, ni banales, ni estúpidas, ni erróneas, y mucho menos geniales. La mente, devotos míos, es como una hoja pentagramada totalmente en blanco. En ella están marcados los límites pero no está diagramado el ritmo que se escuchará durante el viaje. Juro, señores, que ustedes pueden hacer todo el esfuerzo posible para intentar recuperar la capacidad performativa. Sin embargo, les advierto, es muy difícil escaparse. La desabrida alternativa de sacarse el tapón de la cabeza y salir a la vida a combatir la estupidez con cara de “yo estoy reflexionando” no es más que un artificio.

Demasiado idiota dando vuelta por este vecindario señores. Tanto idiota haciendo jaleo en la manzana que hasta las ganas de salir de fiesta se estriñen. Tal vez el mundo nos estriñe para que guardemos nuestra mierda en el interior, y no seamos capaces de andar mostrándola por ahí a los pacatos que no se animan a mirar sus propios soretes cuando cagan. Perdón, perdón, es que la propia idea del estreñimiento altera mis modales. Todo tenía que ver, fundamentalmente, con no dar vueltas e ir directo al grano. Hoy, mis queridos correligionarios, ustedes aún están estreñidos. Es un estado de tensión en el cual la explosión parece inminente, pero aún no llega. No dan vueltas, sino que se mantienen en el mismo lugar hasta nuevo aviso. Yo soy el Gran Removedor que los sacará de ese estado de encastre intelectual. Este, figurines, no es más que el primer escozor. Sean pacientes y sentirán el terremoto que los arrancará definitivamente de su comodidad. Podéis retiraos sin pesar, os espero en nuestro próximo encuentro.

Simón

11 comentarios:

despojada dijo...

mandar todo a cagar puede ser una manera de empezar a ser maravillosas cagadas... aun en la idiotez del propio pentagrama
¿no le parece mi estimado simón?

Anónimo dijo...

La pregunta es......¿quién fue el autor material de semejante obra de arte?????

Simon dijo...

Aquí he descendido desde las alturas para atender a sus consultas, mis adorados borregos.

Despojada: insiste usted en afirmaciones estériles en función de su estrecha capacidad para interpretar mis enseñanzas. Pero no se preocupe, mi andar es el andar cansino del más lento y ni aun usted logrará quedarse atrás en esta travesía. Y no, no me parece.

Mi querido Javier: sin dudas sin propónerselo, desde su jocosidad amarreta, usted ha dado en uno de los puntos de la cuestión. Evidentemente, estamos ante una auténtica obra de arte. Pero le recuerdo que el arte no se propone lo verdadero en tanto que arte, sino en tanto que hermoso. No busque entonces aquí la verdad, límitese a deleitarse con la hermosura.

despojada dijo...

Bueno menos mal que está ud. para iluminarme...sino me iba a quedar en la noche
intentaré recorrer el camino que ud. simón dice ofrecer.... aunque tal vez me de vértigo subir a tales alturas

Universo Mondongo dijo...

Estimado Juan Ernesto Simón (sí, aquel elegante zaguero central que deleitera a los boquenses a inicios de la década del 90):

1- Cómase un pancho.

2- Su texto es tan aburrido que hasta me cortó las ganas de utilizar mi cortasoretes personal para decorar el inodoro de mi tía (sí, la que fue manoseada por un arquitecto el día de su cumpleaños de 15)

3- Tanta palabrería pseudointelectual, tanto metamensaje con olor a huevo de tractorista, tanto homenaje cacón al último Baudelaire doblegado por el chancro... me impulsan a vomitar el capot del Renault 18 break que acaba de estrenar mi vecino (sí, el loquito ex combatiente de Malvinas que por las noches corre en pelotas por Parque Luro al grito de "si quieren venir que vengan, le comeremos la batata")

4- Usted lo único que tiene de Removedor es el esperma caliente que cobija en su interior... regalo de su último amante (sí, el mismo que hace poco fue encontrado empernando de parado a un paraguayo visco)

5- Ubíquese, hágame el favor.

6- Cómase otro pancho.


Bicho Moro.

Anónimo dijo...

al su juego lo han llamado. no me animo a determinar quién es mas virulento, si ud mismo o todos aquellos que insistimos en visitar su blogo pinchado, vaya uno a saber con qué fines absurdos, pero porfiados.
no sé tampoco si nosotros lo aguantamos o si es ud mismo el que nos soporta con la desidia de quién no tiene nada que perder, ya sea porque lo ha perdido todo, o porque nunca ha tenido nada.
ud se metiò, ahora no se queje.
un saludo atento y especial a despojada y al bicho moro, aunque discrepe con este ultimo, mas que nada porque me gusta discrepar.

hasta mas vernos, Jesucristosuperhitalpark.

despojada dijo...

gracias por el saludo de Jesucristosuperhitalpark, pero a mi no me vengas con especialidades!
pero aca lo que vale ¿es lo que dice Simón? ay simón simón.. cuando se va a despojar de la rutina diaria y escribir con mayor constancia.... seguimos esperando

pablo dijo...

a todo esto, moraleja: simón, no sea goma! mejor que sacarse el tapón de la cabeza sáquese el tampón del culo asi termina de una vez por todas con su estreñimiento intectual.
evacuando...

Anónimo dijo...

UUUUUUUUUU. acá va a haber goma. esto empieza a gustarme. me anoto para una media lucho con el que pinte.

Jesucristosuperhitalpark

despojada dijo...

que goma ni ocho cuartos.... cuero y látigo!
simón sigue ahi?
cariños

Simon dijo...

Seré breve.

Despojada, ver la lentitud de su progreso ya me asombra y me inquieta, pero a la vez me regocija. Avanzando con esta parsimonia, seguramente nos acompañara toda la vida sin poder jamás tomar vuelo. A ver si ahora aprende: la idea es justamente quedarse en la noche.

Señor Bicho Moro, los panchos me gustan como postre después de un buen guiso de mondongo. Cuídese porque vamos por su cabeza, sus bíceps y sus triglicéridos.

El que viene después me ha cansado. Primero, qué es todo eso del anonimato anómalo que presenta su usuario. Después, estimado, es Italpark, sin “h”, niño sin infantilidad. Y bueno, saludos a sus secuaces. ¡Esto no es FM100, ahí usted puede mandarle mensajes a todos tus compañeritos, idiota!

Una vez más la no tan despojada Despojada (fíjense que juego interesante entre un adjetivo que juega de sustantivo y un adjetivo que juega de adjetivo). Decía, Despojada, ¡que esto no es FM 100! Y por despegarme de la rutina diaria, justamente por eso no escribo. ¿Qué se supone que es esto? ¿Un fotolog?

El amigo Meketa proyecta. Cree que haber extraído ese tapón de su humanidad inferior lo hizo superior. Pero se equivoca, sigue siendo el mismo ser despreciable de siempre, aunque con las partes traseras más dilatadas. Agradézcame por haberlo informado al respecto, zapallo.

Me obligan otra vez las fieras pedagógicas a excusarme. Perdón, borregos, me disculpo, me disculpo por alimentarlos con la honestidad de su ignorancia. Usted desconocen aún su flujo sanguíneo cardinal, su pertenencia, su vida pasada, futura, presente, y ni que hablar las laterales.

Ahora bajen la cabeza y huyan, ratas.