sábado, 31 de mayo de 2008

El por qué de todo esto

-Usted comprende –me dijo–. En el Retorno a la Simple Bestialidad han de lograrse dos cosas: una “degradación punitiva” del ser que ha ofendido su dignidad; y una “mortificación” del ser en su territorio de bestia. Impaglione, ¿digo bien?

-No exactamente –objetó el corifeo–. Si el Retorno a la Simple Bestialidad ha de ser voluntario, yo lo definiría como “autodegradación” o “automortificación”. Es más pedagógico.

Severo escuchó el alegato de Impaglione con la sonrisa extática de quien oye una grabación perfecta.



Leopoldo Marechal - El banquete de Severo Arcángelo